01 dezembro 2012

Sanz, de Palau a Palau

'síndrome Palau' en estado puro en el primero de los tres recitales de Alejandro Sanz en la sala modernista: conmoción multiplicada por la solemnidad del recinto, por el factor histórico derivado de su debut en el local y por la cercanía del ídolo, a quien sus fans barceloneses han tenido que ver, por lo general, con prismáticos en sus numerosas visitas al Palau Sant Jordi. Han sido dos horas de 'sanzmanía' de proximidad a bordo de sus éxitos y generosos pellizcos a su nuevo disco, La música no se toca.
El madrileño se ha presentado con la renovada banda que mostró el pasado agosto en Cap Roig, un modelo de paridad de género con incorporaciones como Brittany Denaro, guitarrista con marcadas inclinaciones heavy. Una formación que ha puesto un acento rockero a la primera pieza, 'Llamando a la mujer acción', y que se ha mostrado polivalente para pasar del baladón melodramático a las cadencias cubanas y la rumba con incursiones trompeteras de latin jazz.


El recital ha avanzado con el material nuevo ('Cómo decir sin andar diciendo', 'Se vende') hasta que Sanz ha tomado la palabra para piropear el local y celebrar la intimidad. "Qué gusto, estar aquí tan cerquita", ha festejado antes de referirse al Palau como "un sitio mágico, mítico, por donde han pasado tantísimos grandes artistas".
Como ya tiene una lista de éxitos así de larga, el 'medley' se ha ido haciendo conveniente en sus recitales para ganar tiempo e ir por faena, así que, tras 'Desde cuando', Sanz ha fundido 'Nuestro amor será leyenda', 'El alma al aire' y 'Labana' rumbo a un intenso 'Quisiera ser'. Rebajando un poco la tensión y el tempo, un tramo de pequeño formato con otro popurri, este enarbolado por 'Enséñame tus manos', que ha cantado envuelto en coros y con el único sustento del piano.
Antes de abordar 'Cuando nadie me ve', Sanz se ha dirigido a un espectador del gremio musical, sentado en uno de los palcos laterales. "La dedico a un amigo que ha venido a vernos hoy, el señor Eros Ramazzotti", ha anunciado. Ovación a la salud del autor de 'Se bastasse una canzone'.

DESLICES 'HEAVY'

Para presentar a los músicos, tarea fatigosa, Sanz ha delegado en Chris Hierro, que ha revelado la procedencia multinacional de la banda: Miami, Santo Domingo, Canarias... y Barcelona. Momento banal con 'Every little thing she does is magic', de The Police. Donaro ha lucido luego una guitarra Flying V de la familia que utilizaba Michael Schenker, y los solos malabares han ido y venido en 'Yo te traigo... 20 años', delatando que el Sanz adolescente era fan de Deep Purple.
Y en la recta final, de 'Corazón partío' a un robusto 'No es lo mismo'. Bandera catalana lanzada desde las alturas y depositada sobre el teclado, y últimas salvas con 'Mi marciana', 'Amiga mía' y '¿Y si fuera ella?' "Barcelona tiene un corazón así de grande". Hoy volverá a comprobarlo.

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