30 outubro 2012

Las cosas importantes pasan en diez segundos

Eso cree Alejandro Sanz y lo dice en esta entrevista con la Revista en Miami, en la que también habla de la soledad, de sus rabietas y de las tribulaciones del éxito.


 
No es pedantería. Es arquitectura, capitalismo y consumo; el mar, en Miami, se ve desde la altura. Relajado, con un cardumen gris muy disperso en su pelo, los cuarenta y pico lo sientan en un sillón con vista al mar y, mientras se deja caer, ofrece una cervecita. Alejandro Sanz entendió un par de cosas. La serenidad es suya. Y envidiable.
Al comienzo de tu carrera te llamaste Alejandro Magno. ¿Lo elegiste vos?
¿Por qué tanto odio? [Ríe con calma] Fue un juego de juventud. Nunca me hablaron de ese disco, nunca tuvo éxito, pero ahora de repente me preguntas. Fue un juego, la pasábamos bien, algunos de los músicos de ese disco son considerados mitos de la movida madrileña, pero era una música de petardeo. Divertida en ese momento, pero no es mi música.
A pesar de que en tu casa había guitarras (tu padre era guitarrista), fue tu mamá la que te anotó en clases al verte frente al espejo con una raqueta de tenis. Una cosa que hace una mamá y te marca así... ¿Te asusta no estar atento a pescar un detalle con tus hijos?
Se me pasarán muchas cosas porque es inevitable. Creo que aprender a ser padre es como aprender a ser mejor persona. Más que decirles frases bonitas y más que buscarles cosas creo que es enseñarles con la gestualidad, la cotidianidad, con los actos y los valores que uno tenga.
La bronca irracional con cantantes. En las redes sociales se convoca a una marcha contra Arjona, por ejemplo. ¿Qué te pasa con eso?
¿Armaron una marcha? ¿Por qué?
"No más poesía falsa"...
Es increíble. Hay gente con mucho tiempo libre. Hay cosas mucho más interesantes por las que movilizarse.
Como por ejemplo.
Colaborar con Greenpeace, luchar por el tema de la Antártida, el hambre de los niños, el sida en Zimbabwe.
¿Tenés alguna bronca irracional?
Sí, hay pequeñas cositas inexplicables, pero no las diré porque son. inexplicables. Son tan irracionales que mi mente las borra para luego no sentir vergüenza ajena. Sí pasan. Pero tengo que hacer el ejercicio, porque todos tendemos a eso. Muchas veces me pregunté por qué había gente que me odiaba si no me conocía.



¿Qué lugar tiene la satisfacción para un compositor?
La satisfacción tiene que acompañarte igual que la duda. Si eres un satisfecho empedernido, no haces nada.
¿Y estar insatisfecho?
Hombre, ¡tampoco un insatisfecho acojonante!
Pero te lleva a otras cosas...
Sí, a no dar por terminada una canción hasta que realmente está cerca de estar terminada. Aunque creo que jamás lo están. Es muy difícil dar en la diana de cuando realmente tienes que dejar una canción. A veces puedes pasarte. Pasa también cuando pintas. Creo que es importante aprender al final a hacer una parada.
¿La soledad?
La soledad tumultuosa está bien. Está mal vista, injustamente. Está muy bien, ¿cuántos miles de millones de seres humanos somos? Un ratito solo no está nada mal.
Sonríe cómplice. En Sanz la sonrisa no son grandes dientes. Son ojos achinados y boca de horizonte. Una línea.
Se escribe a partir de imágenes, de recuerdos. ¿Se escribe a partir de un olor?
No, pero sí están muy presente en mis canciones los perfumes, los aromas. Además es como muy flamenco eso. Hay perfumes que no se captan por la nariz. Siempre recuerdo Sevilla cuando huelo los naranjos, los azahares. Me encanta.
Dijiste: "Lo más punkie que he hecho en mi vida fue casarme" [en mayo de este año, con Raquel Perera, el mismo día que bautizaron a su hijo Dylan]...
Lo sostengo. Es lo más punkie que he hecho. Yo creí que después de la primera comunión no había nada. Yo no me confirmé. Soy un tapado. Pero sí, es lo más punkie que hice.
Aquí, en Estados Unidos, es muy común ver a un artista acompañando a un político (apoyaste a Obama). En la Argentina, desde hace un tiempo, es más visible esto también. ¿Qué pasa en España?
Es una cosa muy curiosa: en España hay como una doble moral para esto. La mayor parte de España es de centro, es decir, le funciona lo de la alternancia de gobierno. Y es porque la gente a veces vota al PSOE y a veces al PP. Pero una vez que tú apoyas a un candidato porque piensas que es bueno, lo que te dicen es que has quedado pegado al partido como si fuera para toda la vida. Y te lo hacen pagar.
No podés alternar.
Sería un chaquetero [que cambia de opinión, panqueque, según nuestro lunfardo]. Es impensable. Por eso soy del centro radical. Al que no sea del centro, le pego [se festeja el chiste y sorbe el resto de la cerveza].
Te digo prima de riesgo y pensás...
Que nos lo podrían ahorrar. No es sano que te informen antes del café. Están todo el día. Estoy haciendo una campaña para que por favor nos dejen de informar. Nos hace daño. Es como si te tomaras la tensión todas las mañanas.
¿Eso empezó ahora, con Rajoy?
No, bueno, sí..., entre uno y otro. Bah, no, empezó con los bancos. Tengo un amigo argentino que me dice: "Ya ganaron un Mundial, ya tienen prima de riesgo., sólo les falta tener vacas".
¿Cómo ves desde Miami la crisis? ¿Te sentís exiliado del lío?
No, para nada. Mi gente está ahí, pago impuestos en España y me duelen las cosas que pasan en mi país. Hay una confusión con que si vivo aquí o allí.
Pero estás instalado acá, en Miami...
Paso bastante tiempo aquí, pero mi residencia es España.
¿Te plagiaste alguna vez?
No, pero sí hay una etapa en la que uno intenta repetir sus éxitos.

 
¿Caíste?
Al principio lo buscaba, pero me lo negaba a mí mismo. Después te das cuenta. Esta manía que tiene uno de querer copiar sus éxitos. No sé si es por supervivencia o por qué, pero nos ocurre. De todas formas nos pasa a todos, aunque no es consuelo.
¿En qué cliché caíste?
En querer salvar el mundo.
¿Cómo?
¡Opinando! ¡Como todos!
Y no lo lograste...
Nada, nada. No lo he conseguido. Al final entré a formar parte del ruido.
¿Y te da miedo caer en algún cliché?
No me da miedo casi nada. Bueno, casi nada., me da miedo volar.
¿Volar?
¿A ti no? No me digas que disfrutas el avión...
No, pero no me da miedo. ¿El despegue es el problema?
Cuando se mueve., las turbulencias. Volviendo, no me dan miedo los clichés. Creo que la vida es mucho más sencilla y complicada de lo que se cree. Esta contradicción., perdona que te la suelte así, de golpe, suena a eso también, ¿no? La vida está compuesta de emociones. Como pellizcos. Casi todo lo importante pasa en 10 segundos. Y los grandes cambios son casi imperceptibles. Entonces, no me tomo demasiado en serio todo.
Tus 10 segundos.
Cuando besas por primera vez. Cuando mandas a la chingada a alguien.
Se siente bien eso...
Se siente de maravilla.
¿Mandás seguido?
Y., sí. ¡Sí!
Hay que animarse...
Es como aprender a decir no; mucho más difícil que decir sí. Y mira que las consecuencias de decir sí normalmente son peores.
¿Creés que tu faceta de cantautor opacó al guitarrista?
No, nunca quise ser guitarrista.
Pero pintabas muy bueno.
Sí, pero me llamaba mucho más la atención la composición. Ahora hice un solito en el disco de Sabina y Serrat (La Orquesta del Titanic, la canción es Maldito blues). Me gusta hacer esas cosas. Y me pongo otros nombres.
Aprendió, además de muchas cosas, a jugar, de la mano de Paco de Lucía. Por él es que anda escondido en discos de otros artistas con su guitarra y con seudónimo. Y quiso seguir jugando y no nos dijo su nombre.
Soy Sanz, ¿ qué me gusta?
Te gusta la música y las mollejas. Soy el que mejor las hace. Te hago unas así crocantes y jugositas por dentro con limoncito nada más.
¿Lo aprendiste en la Argentina?
Sí, tengo mis contactos.
Si escucho a Sanz, ¿a quién estoy leyendo?, ¿qué autores se cuelan en tu cabeza?
Depende del disco. Este [La música no se toca] juega un poco a cambiar el significado de las palabras. Decirle a una persona mi princesa es como un poco coñazo. Entonces, decirle mi marciana me parece más cercano. De tanto decirle te quiero, te quiero, te quiero nos vamos a aborrecer. Redescubrí a Lorca, con sus poemas recitados por Nuria Espert. Ese tío sí que escribe bien. Qué cosa, cómo maneja el lenguaje y sobre todo el ritmo.
De ser posible, ¿qué ocultarías en tu CV?
Que hice mecanografía. Vergonzoso. ¡Soy una secretaria, coño! En aquella época pensaba eso. Parecía que estaba condenada al desuso, pero apareció la computadora. Pensaba: Los buenos escritores escribían con dos dedos.
¿Qué canción pensaste que sería un hitazo y no pasó?
Aprendí a bajar las expectativas un escaloncito. Si no pasa nada, no pasa nada. Es importante aprender a desligarse del triunfo constante y compulsivo. Si todo fueran hitazo pues ya no habría hitazos. Imposible estar hitando, hitando e hitando. Como eso de los trending topics que nos hemos inventado ahora [son las palabras clave más usadas en un momento dado en Twitter]. El mundo real es éste: comes, sales, te tomas una cerveza, follas. Lo otro es un juguete. Hay gente que vive ese mundo solamente.
Es compositor de todas sus canciones. Tiene 15 discos y es el artista español con más premios Grammy (16 latinos y 3 americanos). Es uno de los artistas latinos con más seguidores en las redes sociales, algo así como casi 7 millones en Twitter y 2 millones en Facebook. Sanz es humano, tiene BlackBerry y se equivoca.
¿Qué te hizo Internet?
En un momento lo tomé demasiado en serio. Soy un poco impulsivo. Estoy en Twitter y es complicado. Es inmediato. Hubo un par [de famosos] que fuimos conejillo de Indias con esto. Luego aprendes.
Te enganchaste a contestar...
Sí. Y si bebes, no twittees.
Twitteaste. ¿beodo?
No estaba en pedo, pero bueno. Te tomas una copita y bueno. Hay que poner un control, como cuando vas a conducir. Si soplas y te da más de 0.3, no puedes twittear. Y no sólo twittear. Creo que todo el mundo la hemos cagado con el celular. Alguna vez, eso de beber y escribir. Si bebes, el móvil, como el carro, lo tienes que dejar.
¿Qué no entendiste aún?
No sé, pero hay tan pocas cosas que me importan entender. He comprendido una que es fundamental: no tomarme demasiado en serio casi nada.
¿A vos mismo?
A ratitos.



De LA NACION.COM

0 comentários: